Aquí les traigo un cuento que me gusto...Esta muy bueno...Espero que les guste...
Diagnostico medico:
-¡Está despertando!
-¿Recordara algo de lo sucedido?
-No lo sé…
Se que escuche varias voces, gran
sorpresa me lleve al ver a un solo hombre ante mí. En ese momento me di cuenta
de que se marca un espacio en blanco en mi mente, a tal punto de no poder
recordar nada…
-¿Nombre?-dijo un Dr. con una
mirada fría y sin vida.
-Disculpe, no le… No le…
-¿No me qué?-dijo severamente.
-No le incumbe, a demás ¿Que
estoy haciendo aquí?-dije tocándome la cabeza:- ¡Augh!…- dije con un gesto de
dolor.
-¡No te toques! ¿No ves que
tienes una herida recién suturada?
-No sabía que eso estaba ahí, es
distinto…-
-Está en su cuerpo, por consiguiente debería
notarlo…
Aquí es cuando el segundo hombre
entra en juego. Abre una puerta, que no logré ver hasta ese momento, lentamente
y con algo parecido a un control pareció desactiva a ese extraño hombre que se
encontraba hablando conmigo. No podía creer que el huera podido construir
semejante monstruo, tan similar a un humano pero vacio de sentimientos…
-Disculpe, supongo que será una
falla en el diseño de este saibor.-dijo amablemente.
-Si… Supongo…
-Yo seré su médico. Lo ayudare en
lo que pueda.
-¿Podría decirme su nombre?-dijo
ese hombre.
-Sí, claro… mi nombre es Daimer Raven.
¿Y el suyo?
-Doctor Evans, ¿puedo ayudarte en
algo?
-Supongo que me gustaría saber
donde estoy y… ¿por qué estoy aquí?…
-Es una larga historia pero tiene
derecho a saber… Hace diez años usted sufrió un accidente, lo encontraron
tirado en la calle con una profunda herida en la cabeza, producto de un trauma
fuerte aplicado con un objeto contundente desconocido hasta el momento, que le
provoco un estado vegetativo, nadie creía posible que llegara a despertar nuevamente.
Estuvo conectado a respiradores y maquinas que aseguraban que su corazón siga
latiendo.- En ese momento comencé a estremecerme.- Hace unas horas por descuido
de esas torpes maquinas usted cayó al suelo y por eso tiene esa herida en la
cabeza, a demás al parecer el golpe recupero sus funciones cerebrales de alguna
manera…
-¿Y no sabe algo sobre… mi
familia? ¿Nadie ha venido a visitarme?
-Lamento informarle que nadie ha
venido buscándolo, lo siento…
-¿Es decir que solo me olvidaron?
-Realmente no podría decirle
exactamente por qué no han venido. Quizás desconozcan su paradero o usted sea
de algún lugar alejado y se les dificulte llegar. Las opciones pueden ser
múltiples. Sigamos con lo nuestro.
Y en ese momento comenzó a realizarme una
exploración física y pedido de estudios. Después de unos minutos qué el doctor
se retiro de la habitación. Lugo de eso otra persona entro, un hombre muy
amable-Buenos días señor, yo soy el doctor Van Burren, soy su psicólogo.
-Ah sí, recién he estado con otro
médico, el doctor Evans.
-¿El Dr. Evans?... Ah sí, ¿y
cuantas veces lo has visto? ¿Es tu médico regular?
-Creo que sí, es la primera vez
que lo he visto… Es muy amable… Me ha caído bien…
-Bueno, ya sabe, estoy a su
servicios, solo llámeme si necesita algo…
-Está bien, gracias…
Es hombre se quedo mirándome unos
minutos y luego se fue… Supongo que tendría más pacientes… O que tenía algo que
hacer… Luego me senté en la cama y me di cuenta de que en la cama contigua se
hallaba otra persona. Me miro, lo mire y me dijo:
-¡Qué raro es verte despierto!...
hace cinco días que estoy aquí y siempre estuviste dormido, pregunté y ellos me
dijeron que hace años que estas así…
-Lo único que recuerdo es mi
nombre, ¿viste a alguien venir a verme?
-En esta semana que estuve, no
has recibido visitas…
-¿Por qué estás aquí?
-Tuve una infección en una herida
aquí en la pierna, que me hice con una rama, no pensé que se infectaría y menos
que terminaría internado…
Trate de pararme pero estaba muy
débil, me quede un tiempo sentado y volví a acostarme.
En ese momento una enfermera
abrió la puerta y entro a la habitación:- Buenas tardes. Debo controlar sus
signos vitales y aplicar la medicación.
En ese momento prosiguió a
inyectar en los sueros que teníamos colocados, una medicación sin darnos ningún
tipo de explicación ni decirnos nada. Lo próximo que recuerdo es que sus ojos
eran tan fríos como los de la primera persona que vi, no había ningún gesto de
contención ni de cariño y comencé a dormirme.
- Buenas tardes. Debo controlar
sus signos vitales y aplicar la medicación.
Al despertar note que el sol de
la mañana bañaba la habitación por completo. Le pregunte que me aplico y por
que dormí tanto, pero no m contesto. En ese momento me di cuenta del ruido que
había varios ruidos en la habitación, como si varias maquinas estuvieran
encendidas. Voltee a ver a mi compañero de habitación y quede espantado al ver
que estaba conectado a muchas maquinas, me senté de golpe y pregunte:
-¿¡Que le paso!? ¿¡Por qué esta
así?!- Pero nadie me contestó.
En ese momento entro el doctor
Evans con una mujer que lloraba descontroladamente, al parecer un familiar de
mi compañero. Y escuche cuando el doctor Evans le dijo:
-Ayer comenzó a descompensarse,
la infección ha tomado el cerebro y ha hecho estragos, no creo que pase más de
dos horas, deberemos esperar lo peor.
Ella se acercó a la cama, le beso
la mano, volcó todo ese llanto contenido y se retiro de la habitación. No podía
creer lo que estaba pasando, ayer hablaba conmigo y esperaba el alta... ¡Dios
mío! Que vulnerables somos… Me sentía incomodo en la habitación, no podía
ordenar mis pensamientos… En ese momento se disparo una alarma, sonaba fuerte y
todos corrían, cerraron las cortinas y no pude ver lo que sucedía, me
impresione tanto que me tape la cabeza con la almohada y me di vuelta para no
ver lo que pasaba, alguien se acercó, no alcance a destapar mi cabeza y sentí
que por mis venas corría algo y volví a dormirme.
Esta vez el efecto no duró tanto…
Por lo que se ve por la ventana, parece ser de noche… Me senté en la cama,
junte todas mis fuerzas y conseguí pararme, para mi sorpresa la cama de al lado
estaba vacía… ¿Qué habría pasado? Lo único que quedaba era pensar el por final.
Aunque trataba era muy difícil ordenar las ideas en mi cabeza, solo sentí la
necesidad de salir de la habitación. Me agarré de los muebles, de las sillas y
conseguí llegar hasta la puerta de mi habitación.
Abrí y salí al pasillo, había
muchas puertas, luz fuerte, pero lo que más llamo mi atención fue la luz al
final del pasillo y los ruidos que de allí provenían. Sostenido por la pared
comencé a caminar y pude ver por la puerta de una de las habitaciones
contiguas… ¡Una niña! Ella me miro y me saludo desde su cama con la mano, de
repente una enfermera se acercó a mí y dijo:
- Buenas tardes. Debo controlar
sus signos vitales y aplicar la medicación.
Me tomo del brazo y me llevo sin
tocar el suelo a mi cama, por más que intente hablarle y le pedí que me
soltara, no me contesto y me volvió a dormir.
De repente algo, más bien alguien
m despertó diciendo:
-Buenas noches… Hace mas de
veinticuatro horas que estas durmiendo, yo estoy aquí hace casi ya un día.
-Hola, lo siento, no lo había
notado… Soy Daimer, ¿y tú?
-Soy Julia, ¿por qué estás aquí?
-Es una larga historia…
En ese momento se abrió la puerta
y entro la niña llorando, estaba completamente fuera de sí.
-¡Tenemos que irnos, hay cosas
que me dan miedo, las enfermeras son robots, me dan cosas que me hacen dormir y
mis amiguitos, los nenes que ponen en mi cuarto, todos desaparecen, tengo mucho
miedo! ¡Tenemos que irnos!
-Tranquila, mírame, ¿cómo te
llamas?
-Me llamo Leila, tengo siete
años… ¿vos cómo te llamas?
-Yo soy Daimer y ella es Julia…
-Sí, nosotras ya nos conocemos,
ha venido mientras dormías… Esta hermosa niña estaba preocupada por lo que paso
con la enfermera…
De repente se escucharon esos
pasos metálicos de nuevo.- ¡Tenemos que irnos ellas nos van a lastimar!- dijo
la niña esta vez decidida a que le hagamos caso.
- Buenas tardes. Debo controlar
sus signos vitales y aplicar la medicación.
-¡No la dejemos entrar!-dijo
Julia.- También yo he visto cosas extrañas, ella tiene razón debemos salir de
aquí.
El robot se golpeaba contra la
puerta mientras repetía una y otra vez: - Buenas tardes. Debo controlar sus
signos vitales y aplicar la medicación.
Bloqueamos la puerta con una de
las camillas, Leila encontró unos túneles de ventilación bastante grandes, las
ayude a subir y antes de que el robot pudiese entrar los tres nos metimos ahí
dentro. Empezamos a movernos lentamente y en línea recta, y por una de las
rendijas vimos gente en una especie de laboratorio arreglando a esos robots.
Los otros cuartos estaban llanos de personas que parecían buscarnos, luego de
unos minutos vimos una habitación totalmente vacía, así que bajamos.
-¿Por qué hay tantas
puertas?-dijo Leila señalando unas grandes puertas de metal.
-No lo sé.-dije al mismo tiempo
que abría una de las puertas.
La niña estallo en llanto al ver
que dentro de esas puertas había bolsas que contenían cuerpos, me acerque a una
de las bolsas y la abrí, era mi primer compañero de habitación, pero estaba
como yo lo recordaba, con una pequeña marca en la pierna.
-¡Es Tomas!...-dijo Leila
señalando una bolsa de menor tamaño, no me atreví a abrir esa…
En ese momento se abrió una de
las puertas y salió el Dr. Evans.- ¿Qué hacen aun aquí? Pensé que ya se habían
dignado a escapar, rápido antes de que ellas los encuentren.
-No entiendo, ¿usted quiere que
escapemos?-dijo Julia
-¡Sí pero no lo lograran si se
quedan aquí charlando conmigo, salgan por esa puerta y corran por ese pasillo,
al llegar al final doblen a la izquierda, allí está la salida, rápido, corran!
Abrimos la puerta y comenzamos a
correr, al llegar a la mitad del pasillo ellas salieron de una de las
habitaciones y comenzaron a perseguirnos, esas maquinas atraparon a Julia,
levante a Leila en mis brazos y corrí lo más rápido que pude, doble a la
izquierda, ya casi estaba en la puerta, pero las maquinas habían llegado ya
allí, al parecer hace un tiempo, nos habían acorralado, los robots nos
separaron y se llevaron a Leila.
En ese momento me atraparon y me llevaron a mi
habitación, me lleve una gran sorpresa al ver que allí estaba Van Burren, mi
psicólogo sentado en mi cama, y me dijo con un tono burlón:
-¿Cómo has estado?
-¡¿Dónde están Julia y
Leila?!-Grite desaforadamente.
-Supongo que en tu imaginación…-dijo
cambiando a un tono algo más serio.
-¡Sabes que no es cierto, el
doctor Evans nos dijo como escapar se llevaron a Julia y luego arrancaron de
mis brazos a Leila!
-El doctor Evans tampoco existe,
lo creaste tú.
-¡Pero las maquinas, ellas me arrastraron
hasta aquí!
-Tú viniste por tus propios
medios. Te explicar lo que está pasando, esta es una institución mental para
hombres, así que es imposible que existan
Julia y Leila. Hace diez años que estas aquí, eres uno de mis casos más
serios, no sé como traerte a la realidad, por momentos parces estar bien pero
luego te pierdes en el tiempo y el espacio.
-¡No, es mentira, yo sé lo que
vi, no estoy loco!
-Lo siento señor Raven, usted me
ha obligado a esto.
Dos hombres entraron por la
puerta de mi habitación y me llevaron arrastrando hacia otra, esta habitación
está cubierta por colchones blancos, los oí decir que es para qué me calme y no
me pueda hacer daño.
-¡Déjenme salir!-fue lo último
qué dije.
-Lo siento señor Van Burren, ya
encontrara la manera de curarlo, no se preocupe.
-¿A caso lo ha oído? Cree que
nosotros somos maquinas.
-Doctor, en una institución
mental, no podemos esperar mucho más.
Fin.
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